Preparar jugo de aloe vera es bastante fácil. Aquí dejo una descripción sencilla y basica:
- Seleccione una hoja gruesa y carnosa de la parte baja de la planta.
- Lava la hoja con jabón y agua corriente para eliminar cualquier residuo o suciedad.
- Corta transversalmente la hoja de aloe en tamaños de tu palma y sumérgelos en el agua. Con este truco vas a conseguir que la aloína* (parte liquida marrón amarilla) se diluye y se quite el amargor tan peculiar de aloe vera. Se deja en el agua de 2 horas hasta 24, dependiendo de aloína que contenga.
- * La cantidad de aloína en aloe depende de la edad de la planta, la parte y de las condiciones de cultivo.
- La aloína está entre la corteza y la parte gelatinosa de aloe. Cortando unos 4mm de la corteza de la planta ya cortamos la savia del aloe donde se encuentra el amargor famoso por sus propiedades laxantes.
- La pulpa o gel restante lavamos con agua corriente y licuamos la mezcla hasta que esté suave y homogénea.
- Si lo prefieres, puedes filtrar el jugo resultante para eliminar cualquier residuo solido.
- ¡Tu jugo de aloe vera está listo para beber! Puedes refrigerarlo, enriquecer con limón, frutas o pepino.
- Si quieres preparar cantidad para una semana, añade zumo de limón. Ácido cítrico funciona como un antioxidante y prolonga la vida del jugo hasta una semana o 10 días.. Otro método para guardar el jugo es congelarlo en cubitos de hielo. En este caso, después de batirlo dejamos que baje la espuma, llenamos la cubitera de hielo y guardamos en el congelador.